Cada mañana cuando uso el baño
mi gata blanca Bowie salta al asiento.
Milímetros de curiosos bigotes, desde el agua
ella arriesga una mancha de amarillo sobre su puro pelaje blanco.
Por eso, yo me pregunto, todos nosotros no arañamos y salimos en desbandada
para colocarnos a nosotros mismos bajo el oro desde arriba.
Y oh la exasperación, oh la consternación
Cuando lo vemos
brillante
fluido
yéndose
por el desagüe.
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